miércoles, 30 de julio de 2008

Qu'e ajetreo!!

Estoy en Palestina desde hace ya seis d'ias y a'un no he escrito una sola palabra en el blog. El programa del campo est'a tan ajustado que casi no tengo tiempo de nada. Me gustar'ia poder decir que a partir de ahora va a ser diferente y que voy a escribir un poco cada d'ia, pero seguramente estar'ia mintiendo. La situaci'on aqu'i sigue como siempre. Esta maniana hemos estado en Hebr'on y da pena ver c'omo est'an las cosas all'i... te dan ganas de liarte a tortas y no parar. Pero bueno, mi lado pacifista me puede. Tengo que salir corriendo, para no variar. El autob'us nos espera para llevarnos de vuelta a la universidad. Esperemos que le noche sea mejor de lo que fue el d'ia :)

domingo, 20 de julio de 2008

Caminito de Belén...





Debería estar haciendo la maleta ahora mismo pero, en lugar de eso, estoy aquí enredando con internet.

De pura casualidad (¡lo juro!) he encontrado una web (TravelPod) con blogs escritos por gente corriente y moliente que ha estado prácticamente en todos los rincones del mundo.

Después de leer las aventuras de un tal Yoni en su año de estudios en la Universidad Hebrea de Jerusalén (" ... en Israel es algo corriente que musulmanes, judíos y cristianos vivan unos al lado de los otros, pero en 'Palestina' es muy diferente". Me pregunto si es que no se habrá parado a pensar el por qué o es que, sencillamente, sus amigos de Kiryat Arba no supieron qué contestarle), después de eso, digo, eché un vistazo a otros de los muchos blogs que hay en la lista.

Y ¡Oh, casualidad! Aparecieron unas cuantas fotos del checkpoint de Belén. Ya sé que queda mucho mejor cuando uno sube sus propias fotos pero, sinceramente, como no creo que tenga el suficiente valor como para echar ninguna al dichoso puesto de control una vez allí, mejor os cuelgo aquí las del blog que he encontrado. ¡Mejor esto que nada! ¿no?.

Deléitense...

Más fotos con sus correspondientes entradas aquí

viernes, 18 de julio de 2008

Hebreo... ¡tan simple!

"Sus destinatarios pueden ser los recién llegados al país, sin tiempo para asistir al Ulpán o no calificados para ello, así como aquéllos que sienten que pueden desarrollar sus conocimientos más rápida o fácilmente por la vía autodidáctica. Pueden ser los futuros inmigrantes a Israel, estableciendo desde ya las bases para una comunicación inmediata con la gente en la calle, con los vendedores y las autoridades, esa gente lo bastante previsora para comprender que el conocimiento de la lengua habrá de facilitar su integración al nuevo país.

Por otra parte, puede tratarse de hispano-parlantes nativos, miembros de comunidades judías, capaces o no de leer un texto religioso, deseosos de aprender la lengua hablada que resucitara, a raíz de los esfuerzos de Eliezer Ben Yehuda, hace más de un siglo. Dado que muchos de ellos tienen familiares más o menos cercanos en Israel, se brindan las explicaciones en español y en hebreo, paralelamente".

Y, digo yo, luego estamos los que ni una cosa, ni la otra, sino todo lo contrario: que ni pensamos emigrar a Israel, ni somos judíos con familia allí y lo que hacemos, más bien, es pasarnos los veranos de voluntarios en los territorios Palestinos ocupados; es decir: los raros (supongo!).

Quizá todo radique en el hecho de que los que no sabemos más que decir 'Ani ohev shocolad' ('me encanta el chocolate') no somos lo suficientemente importantes para que se nos dedique un párrafo en el prefacio del manual, je.

Entre tanto 'man' y tanto 'mi'; tanto 'la' y tanto 'lo'; tanto 'ana' y tanto 'ani', seguro que mi linda cabecita se da por vencida y termino diciendo "shukran" ("gracias" en árabe) a los de seguridad del aeropuerto de Ben Gurion y 'toda' ("gracias" en hebreo) a mis compañeros palestinos.

¡Qué follón!



miércoles, 16 de julio de 2008

Concierto de música palestina en Málaga

Qalandia







14.07.2008 Qalandia

El checkpoint de Qalandia es el principal puesto de control para entrar en Jerusalén viniendo desde Ramallah. Es peor de lo que yo recordaba: un ejemplo humillante del día a dia de los palestinos que viven en los Territorios Ocupados. De hecho, creo que los animales son con frecuencia mejor tratados que esta gente.

Coincidí con un hombre en Ramallah que también viajaba de vuelta a Jerusalén y me sentí agradecida: eso significaba que no tenía que pasar por el checkpoint sola.

Yendo por la carretera de Ramallah a Qalandia se puede ver el muro de cemento gris a mano derecha, decorado con graffitis del tipo “CTL+ALT+DEL”, “illegal wall”, “this wall must fall” y dibujos que los acompañan.

El suelo está lleno de basura y a lo largo de todo el muro hay montones de bloques de piedra y hormigón; es presumible que sean restos de los bloques que el ejército israelí utiliza para bloquear las carreteras.

Según llegamos al checkpoint, mi compañero de viaje me dijo “Tengo que bajarme ahora porque soy palestino, pero tú te puedes quedar en el autobús”. Si eres extranjero, puedes quedarte sentado en el autobús mientras éste pasa por el checkpoint. Si eres palestino, tienes que bajarte, andar durante unos 200 mentros aproximadamente hasta el checkpoint y esperar luego en línea hasta que consigues llegar al otro lado. Tuve una mala experiencia la última vez y sentí miedo.

Mientras caminas por el parking hacia el checkpoint, éste parece, visto desde fuera, una gran terminal. Hay un hombre fuera, vendiendo caramelos y chocolatinas en su tenderete improvisado. Sobre su cabeza se erige un cartel en el que se lee:

BIENVENIDO A ‘ATAROT’ CHECKPOINT

- ESTÁ ENTRANDO EN UN ÁREA MILITAR. PARA HACER SU TRÁNSITO FÁCIL Y EVITAR RETRASOS INNECESARIOS, LEA PRIMERO ESTAS INSTRUCCIONES Y SÍGALAS.

- NO ENTRE LLEVANDO ARTÍCULOS METÁLICOS NI OBJETOS DECLARADOS COMO PROHIBIDOS POR LA AUTORIDAD.

- PREPARE SUS DOCUMENTOS PARA LA INSPECCIÓN

- SUS DOCUMENTOS DEBEN SER PRESENTADOS EN CADA PUNTO DE INSPECCIÓN

- DEBEN QUITARSE LOS ABRIGOS

- A LAS PERSONAS QUE SE NIEGUEN A SEGUIR LAS INSTRUCCIONES DE LA INSPECCIÓN O DE LOS LETREROS NO SE LES PERMITIRÁ COMPLETAR SU TRÁNSITO

- LES DESEAMOS UN SEGURO Y CÓMODO TRÁNSITO

- VAYA EN PAZ Y REGRESE EN PAZ


Para mí tránsito significa tener que esperar en un aeropuerto unas horas haciendo escala hasta poder embarcar de nuevo. Me pregunto por qué los palestinos tienen que transitar para, de hecho, cruzar la calle.

Saqué mi cámara del bolso y, mientras fotografiaba el letrero, me sentí de algún modo asustada. Me pregunto por qué: no hay un solo cartel que diga que esté prohibido hacer fotos y, además, si el ejército israelí no está haciendo nada malo seguramente no tendrá nada que ocultar.

Al pasar el muro y adentrarte en el checkpoint, dejando atrás al hombre vendiendo sus golosinas, encuentras unos bancos en los que puedes ver a gente sentada, esperando. Otros están esperando en filas. La terminal está hecha de pilares de metal que sostienen un techo de hierro. Hay aproximadamente cinco o seis filas, pero sólo tres están siendo utilizadas: las otras han sido cerradas.

Al ponerte en la fila, te quedas encerrado en una jaula: barras de metal de unos dos metros de altura te rodean. El espacio es tan pequeño que la gente no se puede poner unos al lado de los otros y sólo es posible hacer una fila india. En caso de que hubiese alguna posibilidad de que esta gente pudiese volar por encima y tratar de escapar, también hay una alambrada de púas en el extremo de arriba que se lo impediría.

Me sentí como un pollo en una jaula.

En la fila de al lado un niño pequeño, de unos cuatro o cinco años, estaba llorando: se aferraba a los barrotes que nos rodeaban y lloraba. Su padre trataba de consolarle. Imaginad venir a este mundo y que sean jaulas lo único que veas. Busqué en mi bolso y le ofrecí un dulce.

Hay cámaras de seguridad en todos lados enfocando en todas direcciones; a la derecha, una pequeña sala donde un soldado se sienta y nos mira fijamente mientras sostiene su arma para protegerse a través del cristal que nos separa. Me pregunto si es más fácil poner a la gente en fila india para que también sea más fácil poder dispararles.

Al final de la fila hay un torniquete que sólo permite el paso de uno en uno. A cada rato los soldados lo cierran y la gente no puede pasar.

Una vez que has pasado por él, ya puedes ponerte en la segunda cola, donde tienes que poner tus bolsos en una máquina de rayos-x y enseñar tu pasaporte o tarjeta de identificación al soldado que está en la salita con la ventana de cristal. De nuevo hay seis filas, pero sólo dos están abiertas, añadiendo un retraso adicional al día a día de esta gente.

Estos checkpoints me hacen sentir miedo. Es algo inexplicable. No he hecho nada malo, no he cometido ningún crimen y aún así estoy asustada.

Esperamos durante 45 minutos hasta que pudimos pasar y después, mientras caminábamos para salir y tomar de nuevo el autobús, apareció un letrero deseándonos un feliz día.

Nos subimos al autobús como si nada hubiese pasado.

Me pregunto cómo aguantaría esto la gente que conozco, la gente de mi país, si tuviesen que pasar tres cuartos de hora para cruzar la calle.

El checkpoint lleva aquí unos ocho años más o menos. Mi acompañante me dijo que solía trabajar en Jenín y que antes tardaba unos 45 minutos en llegar desde Jerusalén, pero tuvo que dejar su trabajo gracias a los cinco checkpoints que ahora hay en el camino y que le hacen perder más de cinco horas esperando.

El checkpoint de Qalandia es peor que un aeropuerto.

Israel asegura que es para proteger a la gente, pero yo no me siento protegida en modo alguno, sólo amenazada.






La tierra

08.07.2008 La tierra

El conflicto aquí es por la tierra... y siempre lo ha sido. Anoche uno de mis compañeros nos llevó a su tierra, la de su familia; se llama Al Makhor, y ahora queda al otro lado del checkpoint. Es un terreno accidentado, muy bonito, lleno de árboles. El sol se estaba poniendo en el valle cuando llegamos. Al mirar a la izquierda y alzar la vista, se pueden ver los los feos bloques grises de hormigón que forman el muro en el horizonte, y mirar más a lo lejos tan sólo se puede ver, con dificultad, la copa de los árboles sobre el muro. En realidad, este es un muro separa tierra palestina de tierra palestina.

“Quiero venir y vivir aquí”, me dijo mi compañero.
“¿Por qué? Sólo son montañas… y nada más!.
“Pero es bonito… y es mi tierra”.

Sí, estaba de acuerdo. El lugar era ciertamente pinturesco; podías sentir la brisa en la nuca, ver los olivos recorrer el paisaje; había un pastor con sus animales, en la distancia y el sol estaba poniéndose entre dos montañas, creando un precioso cielo naranja. Todo estaba en silencio. A lo lejos, hacia la izquierda, se podía ver la carretera 60 – la carretera por la que sólo a los israelíes se les permite conducir.

“Si no vivo aquí, pronto formará parte de Israel…”. Y por mi mente pasó la idea de que incluso si él viviese allí, probablemente se convertiría en tierra israelí de todas formas. Mirando hacia arriba, hacia el muro que hoy separa tierra palestina de tierra palestina, se ve claramente que un día separará tierra palestina de tierra que se habrá convertido en tierra del Estado de Israel. Quizá otro asentamiento será construído.

El padre de mi compañero estaba con nosotros y me mostró una habitación hecha de grandes piezas de mármol blanco. Dentro el aire era más frío y había poca luz. El lugar tiene una terraza que termina en forma de domo, hecha de pidras. La habitación, de forma circular, apenas tenía cuatro metros de diámetro, y albergaba un hornillo de gas y una cama. Junto a la varandilla, había una terraza provisional con tejado de chapa y debajo unos sofás en los que poder sentarse, con un hueco en la pared pensado para albergar una ventana. Eso era todo.

“No podemos construir aquí; esta es nuestra tierra y no podemos construir en ella. Necesito un permiso y sé que nunca lo conseguiré”. Con esas palabras aquel hombre respondió a los pensamientos que llevaban un rato en mi cabeza sobre por qué no se había terminado de construír lo que de hecho se había empezado. Miré a la puesta de sol, sin saber qué decirle.

Es odioso el hecho de que un palestino tenga que pedir permiso para construir en su propia tierra; permiso que inevitablemente será denegado y después, en esa misma tierra, un asentamiento será construído.

“La ley humanitaria internacinoal prohíbe a la fuerza ocupante transferir ciudadanos de su propio territorio al territorio ocupado (Cuarta convención de Ginebra, artículo 49). Las regulaciones de La Haya prohíben a la fuerza ocupante realizar cambios permanentes en el área ocupada, a menos que sean por necesidades militares, en el sentido estricto del término, o a menos que lo hagan por el beneficio de la población local”

El establecimiento de los asentamientos lleva a la violación de los derechos de los palestinos consagrados en la ley internacional de derechos humanos. Entre otras violaciones, los asentamientos infringen el derecho a la auto-determinación, igualdad, propiedad y adecuado nivel de vida, así como de libertad de movimiento”.
Fuente: Btselem>

Ayer vi un documental en el que un olivar perteneciente a un hombre palestino iba a ser destruído para dejar espacio para la construcción del muro. El hombre respondió a tal acción diciendo: “No voy a dejar esta tierra, esta es mi tierra. Si los israelíes van a destruír los olivos, plantaré otros nuevos. Mi familia y yo no dejaremos esta tierra. Si piensan echar abajo mi casa, viviremos en una tienda de campaña. No dejaremos esta tierra tal y como nuestros padres hicieron en 1948. ¿Cómo es que alguien de Etiopía tiene más derecho a esta tierra que yo?”

Los judíos de Etiopía también son conocidos como Falasha, o Beta Israel. Más de 120.000 judíos etíopes emigraron a Israel en las llamadas Operación Moses (1984) y Operación Solomon (1991). Pudieron hacerlo al amparo de la Ley Israelí del Retorno (1950) que permite a los judíos emigrar a Israel y conseguir la ciudadanía.

Israel afirma que quiere la paz pero con la expasión de los asentamientos (cuyas casas se venden en inmobiliarias en Londres) me pregunto si esa paz será posible. Junto con los asentamientos viene la interminable división del territorio, la separación de vidas, las diferentes carreteras para diferentes etnias… ¿Cómo puedes esperar la paz cuando no puedes vivir en paz con tu vecino, cuando dos pueblos viviendo en el mismo territorio son tratados de forma tan diferente?



domingo, 13 de julio de 2008

El muro y Belén

Belén. Verano 2006.



06.07.2008 Belén

Me siento asfixiada. Desde que llegué he estado escuchando a la gente decir que vivir aquí es como estar en una prisión, en una jaula para animales. Una semana después de mi llegada estoy empezando a entender a qué se referían.

Belén está cercado por el muro, también conocido como valla de seguridad. Os puedo asegurar que esto no es una valla tal y como nosotros entendemos el término. Esta valla alcanza los 8 metros de altura en algunos puntos y está construída a base de sólidos bloques puestos en línea, uno tras otro. Cada 200 metros hay una torre de vigilancia. Esas torres sobrepasan incluso los 8 metros y tienen una sala circular en lo alto, cuyas paredes son cristales a través de los cuales se puede mirar hacia cualquier punto. Normalmente se puede ver a los soldados israelíes sentados, observando. En otras zonas, el muro está reforzado por una alambrada de púas para una seguridad adicional.

Israel asegura que el muro es una medida temporal, pero desde luego no lo parece. Está principalmente construído sobre tierra palestina y no sigue la Línea Verde como en realidad debería hacer. El perímetro de la Línea Verde es de 320km, pero se prevee que el muro supere los 750 km para cuando se haya terminado de construir. Ese es el resultado del trazado del muro que serpentea a lo largo de toda la Línea Verde, de forma que se adentra en los territorios palestinos para conseguir que los asentamientos ilegales israelíes queden situados fuera de Palestina, con la consiguiente anexión de esas tierras por el Estado de Israel.

En Belén el muro se puede ver prácticamente allá donde mires. Hay dos puestos de control dentro y fuera. Si eres palestino residente en Cisjordania, automáticamente tu paso está restringido a uno de ellos. Si eres palestino con una tarjeta de identificación de Israel o Jerusalén, entonces puedes usar ambos. Así que la mayoría de la gente aquí sólo puede entrar y salir por un único punto, siempre y cuando hayan obtenido previamente los permisos requeridos (necesarios siempre que quieran entrar en Israel, Jerusalén o cualquier otro lugar fuera de Cisjordania). Los trámites pueden llevar varios días, siendo la mayor parte de las veces denegados los permisos sin dar razón alguna.

Una de las mujeres me ha enseñado su jardín y el muro. El muro ha sido construído dentro de la tierra que pertenece a su familia, junto a la casa. Ya no pueden llegar a sus terrenos porque éstos han quedado al otro lado del muro y ahora pertenecen a Israel. ¿Acaso se les preguntó? No. ¿Se les ofreció algún tipo de compensación? No. ¿Qué pueden hacer? Nada. Y este no es el único caso de este tipo aquí.

Más abajo hay una carretera, una carretera principal de doble sentido, que puedo ver desde la ventana de mi dormitorio. Me han dicho que se llama carretera 60. De nuevo, ésta serpentea por Beit Jala (Belén tiene tres áreas principales: Belén, Beit Jala y Beit Sahour). Está construída sobre suelo palestino y atraviesa pueblos palestinos, pero a los palestinos no se les permite utilizarla: es para uso exclusivo de los israelíes.

La vida aquí resulta difícil en todos los sentidos. La semana pasada una compañera fue con un grupo de niños ciegos de la escuela de excursión a Tiberíades. Tenían permiso para salir por el puesto de control de Gilo, pero no les permitieron hacerlo. ¿Quizás esos niños ciegos eran una amenaza para la seguridad de Israel? Al final se les permitió pasar por el otro puesto de control. Con hechos así, uno sólo puede suponer que lo que se pretende es causar molestias y retrasos, humillar y menospreciar aún más si cabe a esta gente.


Belén. Verano 2006.




viernes, 11 de julio de 2008

Nablus - Hamas - Jamil

He comenzado el día leyendo que el ejército israelí había confiscado unos autobuses escolares.

He tenido que leer el párrafo dos veces: estaba segura de que me había perdido algo por el camino.

Pero en la tercera vuelta ya he tenido que admitir que lo que estaba entendiendo era, efectivamente, lo que en realidad ponía. Mi amiga alucinaba en el email que me había escrito y yo tres cuartas partes de lo mismo leyéndolo en mi casa esta mañana.

Resulta que Israel está en plena cruzada contra Hamás y todo lo que suene a Hamás.

Clínicas, hospitales, orfanatos, escuelas, centros comerciales... hasta autobuses escolares, vaya. Me pregunto si no será que pillaron a los críos en plena clase de autoescuela: "Ahora, pequeños, prestad atención: aceleráis y cuando lleguéis al puesto de control...".


Venga ya.

He ido a ver qué decían las noticias. En España, por supuesto, nada (¡y mira que somos tan pro-palestinos nosotros!).


Para leer algo hay que irse a Ma'an News, al ISM o a Ynetnews por decir algunos.


Después de volver de ver Crónica de una desaparición me he encontrado con el email de un amigo, avisándonos de que ya había subido algunas de las fotos del campo de trabajo en Nablus de este año.


Estaba admirando uno de los mosaicos que revisten las paredes del Santo Sepulcro en Jerusalén (mi cámara no es capaz de captar tal belleza... no sé si será cuestión de la máquina en sí o, más probablemente, de la dueña) y dos fotos después me he encontrado con Jamil. Jamil colgado de una pared, mirándonos, como todos los mártires son colgados siempre en las paredes de Nablus para que no se les olvide.

Este invierno va a hacer dos años que le mataron; dos años y el aniversario de una bala en la cabeza.

Bendita infancia.



miércoles, 9 de julio de 2008

Otro punto de vista... diferente y comprometido


Si hay algo que parece hacernos pegar un brinco y salir por peteneras en los tiempos que corren, es la religión.

Supongo que siglos de una religión -mayoritariamente- entendida a medias, mal entendida o directamente manipulada con el único objetivo de tener en un puño a los demás, ha tenido que ver bastante con el hecho de que ahora estemos donde estamos y actuemos como actuamos.

En cualquier caso, soy partidaria de escuchar a quien tenga algo que decir y ¡sorpresa! muchas veces no hace falta ser como el que habla, ni creer en todo lo que cree el que habla, para estar de acuerdo con él sobre ciertos puntos.

"El retorno a lo religioso ha supuesto a menudo el retorno de la intolerancia, del dogmatismo e integrismo, del fundamentalismo y fanatismo, del rigorismo moral y disciplinar, de la discriminación de sexos, de la práctica del terrorismo en el nombre de Dios, de la lucha sin escrúpulos para alcanzar el poder, de nuevos procesos inquisitoriales contra creyentes que viven de manera diferente su fe".

"El mito 'Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo' supone una relación personal con Dios de un enorme valor y compromiso. Pero hay quien afirma que ha sido el mito más dañino y peligroso de la historia. Porque en la medida en que un pueblo, nación o etnia convierte a Dios en su propiedad particular, puede utilizar este Dios como justificación de toda clase de crímenes".

Y, finalmente, "¿Quién crea desorden y quién crea esperanza, el desobediente o el que manda obedecer un orden injusto?.



Fragmentos extraídos del cuaderno Construir la esperanza.




Security reasons

Mi amiga en el aeropuerto...

El aeropuerto fue una mala experiencia. Me había intentado preparar antes de venir para lo que pudiera pasar. La última vez supongo que tuve suerte al tener que responder sólo a unas pocas preguntas.

El aeropuerto de Ben Gurion es realmente espectacular, hecho con piedra y suelos de mármol, techos altos, espacioso y aireado, con una mampara de cristal que rodea un recinto en cuyo centro hay una pequeña cascada. Justo debajo está la zona donde la gente espera la salida de sus vuelos. Está muy bien organizado, con las llegadas y las salidas completamente separadas, aunque no lo parece a simple vista.

Según llegué al puesto de control, vi que había gente de todas las partes del mundo que venían a Israel, a Tierra Santa. Tengo que admitir que estaba nerviosa, aunque no sabía por qué… quizás el miedo a que me denegasen la entrada.

1- pregunta: ¿Cuál es tu religión?soy musulmana
2- pregunta: ¿De dónde es tu padre?
3- afirmación: Quédate a este lado.


Aquella mujer pidió por el walkie a alguien que vinise a recogerme. Le pregunté si había algún problema. “No, no hay ningún problema” dijo mientras me sonreía. La seguridad israelí tienen la habilidad de ser increíblemente educada al tiempo que consigue instalar el miedo en ti por algo que no has hecho. Me condujeron a una sala de espera y según entré vi a los que estaban allí esperando: egipcios, palestinos, palestinos-estadounidenses, árabes israelíes, familias con niños pequeños, mujeres con un velo cubriéndoles la cabeza y yo.


Me dejaron esperando durante una hora hasta que me llamaron y las preguntas comenzaron: ¿de dónde eres? ¿de dónde es tu padre? ¿has estado en Israel antes? ¿por qué vienes otra vez? ¿cuál es tu trabajo? ¿tienes algún documento que lo demuestre? ¿qué piensas visitar en Israel?


Después de una media hora me dejaron de nuevo fuera de la sala y tuve que esperar una hora más hasta que me llamaron para ser interrogada por una segunda persona. ¿Cuál es tu email? ¿cuál es tu email personal? ¿cuál es tu número de teléfono? ¿saben tus padres que estás aquí? ¿conoces a algún palestino aquí? ¿conoces a algún israelí? ¿conoces a algún judío? ¡¿Por qué conoces judíos!?... Y de nuevo todas las preguntas que ya me habían hecho me las volvieron a preguntar. ¿Te importa si llamamos a tu madre?.



La miré y muy tranquila le dije: “¿Sabes? No soy una terrorista, no estoy aquí para matar a nadie”. Ella levantó la vista del ordenador en el que estaba escribiendo y su cara pareció sorprendida mientras respondía “No, no, claro que no”.

Tras esta sesión, que duró otros treinta o cuarenta y cinco minutos, me dejaron esperando de nuevo, esta vez durante más de tres horas. Ya me había resignado a que me denegasen la entrada. La gente iba y venía, iba y venía… yo llevaba esperando más de tres horas y aún no sabía qué pasaría conmigo. Mientras esperaba pensé que, obviamente, de haberme llamado Emma Jane Smith, por ejemplo, y de haber sido rubia, con ojos azules y con un pasaporte británico, no me hubiesen tratado como lo estaban haciendo. Ya había decidido que esta era la última vez que venía y supongo que eso es lo que ellos querían. Es extraño… he tenido la suerte de haber podido viajar mucho y nunca, nunca me han tratado de esta manera. ¿Y todo por qué? ¿Porque soy mitad árabe? ¿porque tengo un nombre árabe? ¿porque soy musulmana?


Finalmente, después de haber aterrizado a las dos de la tarde, me devolvieron mi pasaporte a las seis y media. ¡Pero aún no había terminado todo! Hubo más preguntas sobre mis vacaciones en Marruecos - ¿a qué fuiste allí? ¿con quién? ¿conoces a algún marroquí?

Mi maleta había sido dañada, la cremallera rota, el neceser con el maquillaje había desaparecido. Pasaron mi equipaje por los rayos x, registraron el interior… Al menos la chica que lo hizo tuvo algo de compasión: se sorprendió de que fuesen ya las ocho de la tarde y yo siguiese allí, cuando mi vuelo había llegado a las dos. Me ofreció café y té, y supongo que este pequeño gesto de humanidad fue lo que me hizo desmoronarme y romper a llorar. Le pregunté por qué había sido tratada de aquella manera. Me contestó ‘sabes que los israelíes están obsesionados con su seguridad, tienen tanto miedo…”. "¿Miedo de una doctora?". La chica simplemente se encogió de hombros, sin saber qué decir.

Me sentí totalmente humillada.



== Aeropuerto Ben Gurión, Tel Aviv (Israel) ==
Junio del 2008


martes, 8 de julio de 2008

Una de cine

10 de julio. 19.30h.

SIJIL IKHTIFAA. Crónica de una desaparición. Elia Suleiman.
Palestina (1996) 84' [NAZARET/JERUSALÉN]

Lugar: Casa Árabe
C/ Alcalá, 62.

¿Cómo llegar?
Metro Príncipe de Vergara
Autobús nº 152 desde Estación Sur de Méndez Álvaro.


lunes, 7 de julio de 2008

Letras en común

Quizás si escucháramos un poco más... ... nos daríamos cuenta de que lo que el otro canta/ dice/ siente/ sueña no nos es tan ajeno.



domingo, 6 de julio de 2008

Derecho a la educación



Campaña "Derecho a la educación" - Universidad de Birzeit (Cisjordania)

sábado, 5 de julio de 2008

Demolicioes varias y el significado de 'inusual'

Cuando escribí sobre el ataque en Jerusalén con la excavadora, yo misma me puse el límite de no caer en el 'sí, pero ellos...'. No era el momento. Las víctimas civiles son víctimas civiles en los Territorios Palestinos Ocupados, en Israel y en el Congo. Comenzar a justificar algo con la misma estrategia de cuando éramos niños y decíamos aquello de '¡Jo, mamá! pero es que ella me ha pegado antes!' no me pareció apropiado, más que nada por respeto a los que acababan de morir. Hacerlo hubiese sido quitarle importancia a su muerte, como si no fuera gran cosa. Y lo es. La vida humana siempre lo es, sea de quien sea.

Estos dos días he escuchado comentarios de uno y otro lado. Un israelí al que conocí hace no mucho me dijo que una de las fallecidas era amiga de la familia. Otro me dijo que cosas como estas eran las que hacían que a los israelíes les importara bien poco (por decirlo finamente) lo que les pasaba a los palestinos.

Ayer hablaba con un amigo palestino y me decía:'piensa: estaba casado, tenía familia, ¿por qué iba a emprender una acción que le llevaría a una muerte segura? Tenía que estar muy desesperado'.

Yo me había decidido a dejarlo estar porque, por un lado, no puedo apoyar lo que ese hombre hizo y, por el otro, siento que cosas como esas ocurren bastante frecuentemente en Gaza y Cisjordania y no siempre lo vemos en televisión.

Y justo esta mañana, mientras desayunaba, he leído el siguiente párrafo:
"The bulldozer attack in Jerusalem featured an unusual killing machine, and we should hope and pray that we don’t see a wave of such attacks" en un artículo de opinión de Ynetnews.com.

Decir que un ataque de ese tipo con un bulldozer es algo inusual es bastante desacertado... a no ser que te refieras a que única y exclusivamente en Israel, contra isralíes, lo es. Porque en los Territorios Palestinos es algo bastante común; en Jerusalén este, también. No se le llama ataque, claro: son operaciones del ejército; o bien operaciones llevadas a cabo por una empresa particular contratada por la autoridad israelí de rigor.
Da igual si se trata de casas que supuestamente esconden terroristas, si son edificios que, simplemente, están ahí al lado, o si se trata más bien de casas construídas sin los debidos permisos porque la familia crece y la municipalidad israelí se niega una y otra vez a conceder los papeles necesarios.

El Comité Israelí contra la Demolición de Casas (ICAHD en sus siglas en inglés) es una de las organizaciones que ha estado trabajando durante años, y sigue haciéndolo, para parar lo que Jackie Levy ha calificado en su artículo de opinión como "inusual".


Habrá que modificar la entrada del diccionario.




viernes, 4 de julio de 2008

Manzanas rojas



"Si me lo permitís, quisiera haceros un ruego: aguzad los oídos y abrid bien los ojos para permitir que la historia de Salim y Ariel entre en vuestros corazones".

Así es como empieza la obra de teatro Manzanas rojas.

Hacía tiempo que había visto la reseña bibliográfica y resultó que el libro en cuestión lo tenía, esperándome, en una de las estanterías de mi trabajo.

Os dejo unos fragmentos...


SALIM: ¡Es fantástico! Parece como si estuviera dentro de una pecera; además, todo brilla.


ARIEL: No, no brilla.


SALIM: A mí me brilla. Es como si hubiera caído del cielo una lluvia de plata. ¡Es fantástico! Estoy viendo unos pájaros de grandes alas que vuelan muy bajo; parecen aviones, pero no llevan cañones debajo de sus alas.



AMOS: No quiero que vuelvas a ver a Salim


ARIEL: ¿Por qué?


AMOS: Ninguno de nuestros vecinos deja que sus hijos anden con los chicos de ese lado. Nos odian. Nunca nos perdonarán que hayamos vuelto. Creen que esta tierra es suya, pero antes fue nuestra.


ARIEL: Pero Salim no nos tira piedras, sólo vende manzanas con caramelo en el mercado y, cuando puede, va a la escuela. Sabe hablar como nosotros, puede comprender todo lo que le digo.


AMOS: Eso no me importa. Todos son iguales; tiran piedras y, cuando sean mayores, harán lo mismo que sus padres: disparar a nuestros soldados y poner bombas en nuestras calles o en nuestros autobuses.


ARIEL: Papá, tú no conoces a Salim.


AMOS: Su padre era un revolucionario.


ARIEL: Su padre murió, lo mataron nuestros soldados.


AMOS: Tenemos que defender esta tierra para que puedan seguir viniendo de otros países nuestros hermanos.


ARIEL: ¿Cómo vamos a caber todos si ellos también quieren quedarse aquí?.



GAZALA: A tu padre le hubiera gustado que no fueras tan temeroso. Ya ves cómo nos tratan. Nos echan de sus casas, nos quitan el trabajo y matan a nuestra gente para demostrarnos que son más fuertes que nosotros.


SALIM: También ellos mueren, madre.


GAZALA: Por cada uno de ellos, caen diez de los nuestros. Nosotros no tenemos soldados, ni tanques, ni aviones.


SALIM: Yo no los quiero, madre, pero no puedo romper sus tanques con una piedra. Tengo que vender manzanas en el mercado y algunos días, si puedo, ir a la escuela. Los otros chicos están siempre en la calle, pero yo tengo que traer algunas monedas a casa para ayudarte.


GAZALA: Es difícil vivir así, hijo. Nos han quitado los pozos de agua y nos prohíben abrir otros nuevos. Ellos son los dueños y nos la venden a precios que casi nunca podemos pagar.


(Se escuchan explosiones lejanas y el sonido del motor de un helicóptero. Salim tiembla sutilmente. Gazala se da cuenta de su reacción)


SALIM: Si no hacemos nada, si no nos movemos, no entrarán en nuestro barrio, ¿verdad, madre?.


GAZALA: Siendo un hombre no se puede tener tanto miedo a todo, Salim, ¡qué diría tu padre si te viera!.



SALIM: Mi madre dice que tengo miedo. Que no soy como mi padre, que luchó para defendernos, ni como los otros chicos, que tiran piedras a los soldados. Ella tiene razón. Cuando escucho las explosiones y la llegada de los tanques, me meto debajo de la cama y me tapo fuertemente las orejas con las manos. A veces no puedo ir a la escuela, ni al mercado a vender las manzanas bañadas en caramelo.


YEHÁ: Déjame que te relate una breve historia. Cierto día, uno de nuestros sultanes, al que le gustaba mezclarse con su pueblo sin ser reconocido, tropezó con un hombre que parecía muy asustado. Al interesarse por su situación, descubrió que todo su desasosiego estaba motivado por una noticia que acaba de escuchar en el mercado. Al parecer, una terrible tormenta se aproximaba a la ciudad. Sin embargo, lo único que hacía aquel hombre era lamentarse sin moverse del lugar. Para calmar su desesperación, el sultán decidió darle un consejo: "Hermano, no sé por qué te afliges. Si la tormenta, como dices, está a punto de llegar, debes correr a buscar un buen refugio. Si, por el contrario, el infortunio que tanto temes no se detiene sobre la ciudad y pasa de largo, habrás perdido tu hermoso tiempo, quejándote por algo que nunca llegará a ocurrir".


SALIM: Ellos no pasan como las tormentas. Sus tanques siempre están en nuestras calles.


YEHÁ: Nuestro sultán era de otra época, Salim. No se refería a lo que está ocurriendo aquí. Él quería decir que no vale la pena quedarnos quietos cuando nos amenaza un peligro. En esos momentos resulta imprescindible tomar decisiones en lugar de lamentarnos. Y yú las tomas, Salim: trabajas, vas a la escuela cuando puedes y ayudas a tu madre para que no le ocurra nada malo.


SALIM: Pero no defiendo a los otros como hizo mi padre. Él no tenía nunca miedo.


YEHÁ: Todo el mundo ha tenido miedo alguna vez. Sin sentir temor en la vida, no es posible saber lo que es la valentía. Los hombres piensan que no está bien sentir miedo, pero el miedo es como la alegría o la tristeza, como la felicidad o la amargura. No deberían existir las causas que nos hacen sentir miedo, pero están ahí; las crean los mismos hombres que después nos dicen que debemos ser valientes para matar a los que, según ellos, son nuestros enemigos.



A Salim le cuesta comprender el porqué del muro: "Si tienen tantos soldados, ¿por qué necesitan también ponernos un muro, madre?".


Y a Ariel no le resulta mucho más fácil tampoco:


ARIEL: ¿Les preguntaste a ellos si lo querían?


AMOS: Claro que no, ¡qué tontería! Lo hemos hecho precisamente para defendernos de esa gente. ¿Desde cuándo se habla con los enemigos? Lo hacemos por nuestra seguridad, la de nuestros hijos y también... ¡también por la paz mundial!



Así que a los dos amigos no les queda más remedio que recurrir a un teléfono casero, fabricado con yougures y cuerda, para poder comunicarse porque, como decía Salim: "¿Cómo nos vamos a ver con "esto" delante?".



SALIM: He visto la foto que hay en casa de Ariel. En el país donde vive su madre hay edificios muy altos, grandes avenidas y también una estatua que se llama Libertad.


GAZALA: (con tristeza y un cierto tono de rencor) De ese país llegan las armas que el ejército de Ariel y de su padre utiliza contra nosotros.


SALIM: Ariel no tiene la culpa, madre. (Pausa, reflexionando) Si a ellos les gusta tanto la libertad y tienen una estatua tan grande de ella, ¿por qué mandan armas para que nos maten?.



SALIM: (Casi con lágrimas en los ojos) ¡Cuándo acabará la guerra, Yehá!


YEHÁ: (Con voz cálida y emocionada) Si vuestros padres creen que esta tierra les pertenece, (toma otro montón de arena y vuelve a dejarla escapar entre sus dedos) y los padres de ellos (señala hacia el lado donde se encuentra la casa de Salim) piensan que es suya, porque la conquistaron por la fuerza de las armas, la paz... (repite la operación de tomar un puñado de arena en su mano y dejarla caer lentamente) será imposible.




La obra de teatro termina con Ariel gritando desde lo alto del muro, intentando advertir a Salim de que huya de su barrio porque los tanques israelíes se dirijen hacia allá en ese momento. Salim no puede escucharle y se enfrenta al tanque con tan sólo un tirachinas en las manos. Ariel, desesperado, intenta llegar hasta su amigo... y lo hace en el preciso instante en que el tanque abre fuego.

Ya podéis imaginar qué les pasó a los dos amigos.



La voz de Yehá, el personaje fantástico de los cuentos de Salim que cobra vida y se convierte en su amigo y consejero, nos dice después del ataque del tanque:


"Tal vez otros chicos y chicas, que ya no serán ni Ariel ni Salim, seguirán luchando para mostrarnos el valor de la amistad, el sinsentido de las guerras y la crueldad de todos los muros que pretenden aprisionar a los seres humanos. De los jóvenes es el futuro. Ojalá las lunas viejas dejen paso a las nuevas, para que ellas alumbren una tierra en la que la paz, la justicia y los sueños sean posibles".



Ojalá sea cierto.




jueves, 3 de julio de 2008

Vaya noticia

Flaco favor le ha hecho el tema de la excavadora a los palestinos.

Me decían hoy '¿Ves? es por cosas como esta por lo que la sociedad israelí no se preocupa por los palestinos, por cuánto sufren en los territorios, por cómo viven sus hijos'.

Y tienen parte de razón. Ataques como los de ayer no hacen sino ensanchar aún más si cabe el abismo que parece separar a los dos pueblos. ¿Quién se va a parar a pensar en las injusticias que tienen que soportar en Gaza y Cisjordania cuando un árabe arremete con la excavadora de la empresa israelí en la que trabaja contra todo lo que se mueve por la calle?

Sólo puedo esperar, como leí ayer en un post de opinión en Ynetnews , que el hombre lo hizo por cualquier otro motivo que no fuera el de servir a ninguna causa.

Mientras tanto, parece ser que el gobierno israelí ha prohibido a la familia del palestino que llevó a cabo el ataque organizar un espacio para el duelo y, de paso, se muestra partidario de revisar la decisión, tomada en el año 2005, de suspender la política de demolición de casas de supuestos terroristas como medida disuasoria.

En palabras del Primer Ministro Israelí, Ehud Olmert:"We need to stop the terror attacks carried out by east Jerusalem Arabs, and if that must be done through means of deterrence or the demolition of a home – then so be it"

Veremos la cola que trae todo este asunto...

Voces Mediterráneas II



2º Congreso Interdisciplinar sobre las Mujeres en el Mediterráneo
5-6 de Julio de 2008


El Mediterráneo es un espacio geográfico, geopolítico, socio-cultural, simbólico extremadamente complejo. Su intricada historia, su riqueza cultural, su permeabilidad para viejos y nuevos tránsitos nos deja ante un lugar simbólico insólito pero también ante un lugar real en toda su crudeza.

Armonioso y caótico a la vez; siempre por definir, por delimitar, por resolver, por expandir, el Mediterráneo es: espacio de acercamientos y de barreras infranqueables.


En estas jornadas, Voces Mediterráneas II, se abordará el Mediterráneo como espacio humano y como espacio de creación; como un mundo de encuentros y desencuentros para las mujeres. Especialistas, escritoras, filósofas, activistas de diferentes orillas, se darán cita en Madrid, en el seno del congreso mundial Voces de Mujeres 2008, para reflexionar profundamente sobre el alcance de nuestras diferencias, sobre los nuevos retos de la transculturalidad, sobre la palabra y el arte convertidos en acción social y en expresión de identidades propias, sobre los feminismos y sus nuevas luchas de este tiempo, en estos mares.

Información completa en la web de Casa Sefarad-Israel