Hace dos años que no piso Palestina.
La echo de menos: el olor, la gente, el bullicio... No sé cómo será cuando vuelva, ni cómo me sentiré yo. Lo único que sé es que la que escribe esto hoy no es la misma que se fue allí un 12 de Agosto de 2006. No tengo nada que aportar; hay otra gente que sí. Así que ¿para qué seguir manteniendo un blog moribundo?
No lo voy a borrar porque, aunque quede cursi, es parte de mi vida. En realidad, es mi vida: todo lo que he aprendido en estos años, lo que he vivido, lo que siempre llevaré conmigo y quizá también alguna cosa que quiera olvidar.
Y además, ¿quién sabe? que sienta que no tenga nada más que aportar por ahora no significa que lo que he aportado antes no le vaya a servir a alguien en algún momento.
El blog sigue accesible. Yo sigo disponible detrás de ese email en mi perfil. Pero esto se acaba aquí... de momento.
Gracias por haberme leído en estos años :)