martes, 23 de septiembre de 2008

Por los siglos de los siglos...

El don de la oportunidad no va conmigo. Si aún me quedaba una pequeña duda, ya no hay rastro de ella.

Me he pasado estos dos últimos días 'intercambiando información' (discutir no sería exactamente la palabra adecuada) con un amigo israelí sobre lo que ocurre allí. En un punto del intercambio me dijo: "¿Sabes? Cuando creo que algo es cierto, me pego a ello y no importa lo que el resto del mundo diga: si creo en ello, nadie me hace cambiar de opinión. Pero estoy pensando que quizá en ésto yo esté equivocado... o quizá lo estés tú. O a lo mejor los dos estamos en lo cierto, o los dos estamos equivocados (lo que sería un gran problema). No lo sé. Es realmente complicado".

Hoy me he levantado con la noticia del ataque en Jerusalén. Un palestino de la zona Este de la ciudad ha embestido con su coche a 19 personas, al parecer 15 de ellas soladados.

¿En qué cambia eso su situación? ¿Cómo la mejora? Ignoro sus razones, la situación personal que le ha llevado a hacerlo pero ¿cómo puede esperar nadie que los israelíes después, no ya entiendan, sino simplemente estén dispuestos a escuchar, cómo su gobierno oprime a los palestinos?

¿Cómo se les puede convencer de la injusticia de los checkpoints, por ejemplo, o del muro, cuando lo que ven es que incluso dentro de Israel "esos árabes" están dispuestos a matarlos? ¡Cómo van a quitar las barreras que les salvan de los "animales de Cisjordania"!

De nada sirve que yo hable aquí del problema del agua, de las políticas israelíes de reagrupación familiar, de los viajes a lo largo y ancho de Cisjordania, de la gente con la que me encontré allí, de los campos de refugiados... porque sólo me leerá quien ya esté convencido de lo que digo.

Nadie que perciba a los palestinos como una amenaza estará dispuesto a escuchar.

En días como hoy, dudo de que la situación vaya a cambiar alguna vez.



lunes, 15 de septiembre de 2008

1, 2, 3... probando, probando...!



A veces, bastantes, me quedo sin saber qué decir cuando la gente me mira con cara de estar viendo algo raro y me pregunta eso de 'pero... ¿cómo?'. Ese cómo tiene muchas muletillas, a saber: pero cómo se te ocurre ir allí, pero cómo lo decidiste, pero cómo te atreves a volver, pero cómo es que no piensas en tu familia, pero ¿¿cómo, cómo, cómo??

Para mí es algo tan natural pensar lo que pienso, que se me hace difícil hacérselo entender a los demás. Supongo que es el resultado de un proceso lento y largo, que va tomando forma y sentido dentro de ti de un modo más o menos consciente hasta llegar a formar una maraña de sentimientos y pensamientos bastante complicada de desmadejar. Es de esas veces que ves algo tan claro que te dan ganas de decir: ¿¡pero cómo es que no lo ves!?.



Pero tampoco se puede pretender entender en un día lo que lleva años formándose.



Aún así, lo peor no es eso: lo peor viene cuando después de ir buscando mentalmente respuestas asequibles a todas sus preguntas mientras sus cómo se van acumulando en la conversación, vas y das una respuesta que tú consideras decente... y plaf! bofetón de realidad! No lo entienden. A veces eres demasiado emocional; otras, demasiado fría; otras, es que te aburres y por eso vas a Palestina.



Así que mis queridos compañeros de país, la mayor parte del tiempo a lo máximo que llegan es a pensar que lo que digo no tiene ni pies ni cabeza y que es mejor darme la razón como a los tontos, o sonreír condescendientemente.



Luego tenemos a mis queridos israelíes... ¿cómo les vas a hacer ver tú que la gente que ellos creen que les quiere matar en realidad son personas corrientes y molientes que sólo quieren una vida normal? ja! milagros, los justos.



Así que Carmen termina como un test de autoescuela, con tres únicas opciones posibles:



a) Está como una cabra

b) Está (muy) equivocada

c) Las dos anteriores son respuestas válidas



Viendo mi fracaso más o menos estrepitoso en esto de la comunicación con mis semejantes, he decidido dejaros aquí un enlace a las impresiones de los voluntarios locales e internacionales del campo de trabajo Hope for tomorrow, que ha tenido lugar este verano en Nablus (y sí, lo sigo poniendo sin tilde porque, bien pronunciado, la fuerza no recae en la 'u' sino en la 'a').


¡A ver si ellos tienen más suerte!




Naser

"I want to say that there are many experiences that can teach you something in your life, but gathering people from different countries, living together, sharing time, efforts, food, feelings, tears – I think this was one of the most powerful experiences I have ever had."



Anna/Czech Republic

"Zajel gave me the chance to move beyond the second hand accounts about Palestine and to see with my own eyes. Now I can challenge biased accounts in the public perception by drawing on direct experience. My stay in Palestine nourished my critical thinking and my appreciation for freedom and social justice. It also showed me how much work still has to be done until Palestinians and Israelis can live together in peace and dignity. Nevertheless, I leave with 'hope for tomorrow'. Life goes on in Palestine, this much is for sure. All in all I think that Zajel is a very good program, and I'm deeply grateful to everyone who made it happen"








Hope for tomorrow

Summer Work Camp



miércoles, 10 de septiembre de 2008

Los refugiados Palestinos y la UNRWA

INVITACIÓN CONFERENCIA Y EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA SOBRE LOS REFUGIADOS DE PALESTINA

El Comité Español de la UNRWA tiene el placer de invitarle

a la inauguración de la exposición fotográfica que tendrá lugar en:

El día 11 de septiembre de 2008

A las 20:00 pm

Foro Social Mundial de las Migraciones

Edificio Tenencia de Alcaldía (Edificio B) Sala B.0.1. Plaza de la Constitución

n 1. Rivas Vaciamadrid. Madrid

La exposición irá acompañada de una conferencia que contará con la presencia de:

Teresa Aranguren (periodista y miembro de la Junta Directiva del Comité) y Raquel Martí Lezana (Directora ejecutiva Comité Español de la UNRWA)

Se proyectará además el

Documental "Vida de un Refugiado"

Esta exposición se enmarca dentro de la programación del Foro Social Mundial de las Migraciones, cuya programación puede ser consultada en www.fsmm2008.org

Festival Palestina en Bruselas





El Festival Masarat Palestine tendrá lugar en Bruselas entre el 7 de octubre de 2008 y el 31 de enero de 2009.

Aunque esas son las fechas oficiales, en realidad ya comenzó este mes de septiembre.

Si alguien está en Bruselas o le da por escaparse un fin de semana por la vieja Europa...


Acceso a la web con el programa completo aquí



martes, 9 de septiembre de 2008

Sin piedras - 22. 09.2008.





A través de los ojos de Sergi, un niño que reside en Barcelona, y de Yazan, natural de la ciudad palestina de Hebrón, el espectador asiste al cotidiano transcurrir de sus vidas, que se desarrollan en dos mundos lejanos. De la mano de Yazan, la cara habitualmente oculta del conflicto árabe-israelí se hace visible: cómo la situación afecta a la vida diaria del pueblo palestino. El retrato del día a día de Sergi pone de manifiesto la existencia de puntos en común entre ambos niños, a pesar de las evidentes y visibles diferencias.



Lugar: Círculo de Bellas Artes, Madrid

¿Cuándo? 22 de septiembre

Hora: 18h

Mas info aquí




Yoav Shamir, Checkpoint - 11.09.2008






Jueves 11 de septiembre.

Lugar: La Casa Encendida.

Ronda Valencia, 2 28012 Madrid
Tfno. 902 43 03 22
Metro/Cercanías RENFE: Embajadores

Hora: 19h.

Precio: 2 euros. Es necesario reservar las entradas con antelación.

Más info aquí

Si no te animas o no te da tiempo, puedes verlo también (aunque no entero) online.



Enlace a la página: http://www.dailymotion.com/video/x3khcf_yoav-shamir-checkpoints-16_politics



viernes, 5 de septiembre de 2008

Ojo por ojo, diente por diente y... barbaridad por barbaridad

Eye for an eye

Gaza residents should be treated the same way Gilad Shalit is being treated
Uri Orbach

Palestinian students residing in the Gaza Strip have been bitterly complaining as of late that the State of Israel does not allow them to leave the Strip and head for studies abroad, therefore causing them to miss a whole school year.

These miserable students were of course immediately elicited the support of the education fans amongst us. These Israelis, being the righteous souls that they are, somehow fail to understand how it could be that the “People of the Book,” the Jews, are depriving Palestinian students of the possibility to acquire education.

In fact, someone even argued that by preventing them from acquiring education, Israel will be pushing these students into Hamas’ arms – as if before this ban on leaving to study abroad, the students in the Gaza Strip were all members of the Palestinian vegan association.


El artículo completo, digno de ser leído, aquí y los comentarios, para después, cuando me salga algo educado que decir (#!#··¿?!#!!) y mi cara vuelva a ser la de antes.



Conversaciones al teléfono

¡Carmen! ¿Qué tal el viaje? mira que tener que enterarme por terceras personas...

Era mi primer profesor de árabe, de hace ya unos años, hablando al otro lado del teléfono.

- Cuéntame, ¿qué tal? ¿estuviste en Nablus?.

- No, no, he estado en el campo de trabajo de Birzeit, aunque fui de visita a Nablus. La situación... ya sabes cómo están las cosas por allí.

- ¿Has oído lo de los barcos que han entrado en Gaza? Me alegré tanto... aunque sólo sea por llamar la atención y que la gente se pare a mirar por un momento lo que allí pasa. Tengo familia allí, lo sabes... yo soy de allí.

- Lo sé, lo sé. Espero que lo de los barcos sirva para algo más en el futuro. (¿Qué más podía decir?)

- Quería ir, pero empiezo las clases en noviembre y ¿quién me asegura que vaya a poder entrar y, sobre todo, que vaya a poder salir a tiempo?.

Me quedo pensando en Ghada, la coordinadora del campo de trabajo: su familia es también de Gaza. Ver su cara cuando habla de su hermana es sumirse en la desesperación. Aún así, supongo que con el tiempo ha aprendido a desarrollar ciertos mecanismos de defensa y por eso se empeña en ser optimista pase lo que pase. Es increíble ver su sonrisa y la esperanza que tiene puesta en el futuro. A lo mejor es que soñar es la única forma de no hundirse en la miseria. Y no me entendáis mal: tiene una casa preciosa, un buen trabajo con el que, además, disfruta, un marido que la adora y unos hijos que son para comérselos. ¿Pero cómo puede pensar alguien siquiera en que tenga una vida normal, a pesar de todo eso, cuando no puede ver a su familia en la Franja, cuando tiene que aguantar que se lleven a sus estudiantes en medio de los exámenes, cuando no le queda más remedio que agachar la cabeza cada vez que pasa por un puesto de control?.

Cada vez que hablo de libertad, tengo la impresión de que la gente me imagina con flores en la cabeza, gritando frases del tipo 'haz el amor y no la guerra'. ¿De verdad somos tan estúpidos como para no saber lo que realmente significa esa palabra? O quizás sea que nunca nos ha faltado y nos pensamos que tener libertad no va más allá de elegir qué menú del día tomar o decidir si vamos o no a la reunión familiar del domingo.

La libertad es mucho más... es, sobre todo, saber que tú, y sólo tú, controlas tu vida.

Como decía Mafalda "¿No sería lindo levantarse un día y ver que, al fin, la vida de uno depende de uno mismo?".

Esperemos que ese momento llegue más pronto que tarde.



miércoles, 3 de septiembre de 2008

¡Me vengo a Israel!

Todo empezó por querer ver mi correo.

'No hay ningún mensaje nuevo en su bandeja de entrada. ¿Por qué no prueba a leer nuestras noticias?'.

Pincho en las noticias; total, ahora mismo no tengo otra cosa que hacer y viene bien, de vez en cuando, saber cómo va el mundo.

'Una excavación en Jerusalén descubre la antigua muralla'. Anda, mira! Oriel tiene que estar contentísimo (y sí: ya explicaré quién es Oriel).

Por aquello de tener la visión israelí (si es que tal cosa existe como tal) del asunto, me fui a Ynetnews. ¿Ahora dónde miro? ¿En mundo judío? Al fin y al cabo, la muralla es del tiempo del Segundo Templo; quizá esté allí el artículo. Veo el botoncito de Cultura. Amm... creo que tiene que estar aquí.

Me meto, busco la noticia y no veo nada que llame mi atención, excepto un artículo escrito por una mujer Israelí-Americana / Americana-Israelí con problemas de identidad. Según voy leyendo, me voy acordando de un montón de personas: de kobi cuando me decía que había gente de su universidad que creía que en Israel el transporte público era el camello, de Islam cuando me comentaba, el año pasado, que cuando estaba en Europa, le llamaban el palestino, y en Palestina, el europeo... y tantos otros con curiosidades identitarias del mismo tipo.

Los comentarios de los lectores me parecen casi lo más interesante y divertido que hay en el periódico, así que voy pinchando aleatoriamente para leer algunos de ellos.

De repente, aparece una chica que además del comentario de rigor, deja el enlace a un blog. El título me parece de lo más sugerente: superviviente de la Aliyah. ¿Por qué no leerlo?.

Así que pasando por alto el hecho de que me parece una injusticia que los judíos del mundo tengan muchas más facilidades para regresar a Israel que cualquier refugiado palestino (ains, ¿qué refugiados, qué palestinos?), pinché en el enlace.

Tengo que reconocer que me reí un rato y no precisamente de ella, sino con ella. Si no fuera por el hecho de que es judía y estaba volviendo a su Tierra Prometida, bien podría estar hablando de mí en mis viajes por aquel rincón del mundo.

Me pregunto qué es lo que hace a una persona querer emigrar, con la intención de quedarse para siempre, a Israel. ¿Motivos sugeridos por su sionismo? ¿La búsqueda de una vida mejor? Yo, con toda mi ignorancia, tengo la impresión de que los que emigran allí tienen la esperanza de encontrar realmente una tierra con ríos de leche y miel, y cuando llegan ven que hay una tremenda sequía, hasta de metáforas: ni miel, ni leche, ni ríos. Nada que ver con lo que ellos soñaban.

Estando en Haifa, nos encontramos con una de estas personas.

Después de tener la aventura más grande de mi vida en un supermercado (si no lo creéis, probad a comprar algo en hebreo), volvimos al albergue a guardar la compra en el frigorífico (gran paquete de salchichas incluído). No recuerdo qué estaba haciendo, pero el caso es que salí de la cocina y, al volver, encontré a mi amiga terminando de colocar el último tarro al tiempo que hablaba animadamente con una mujer mayor, ¡en español!. Me quedé con cara de 'esto... perdón... ¿y usted quién es?'. ¡Por las risas parecían amigas de toda la vida!.

Mira, Carmencita, esta es Alicia, ¡habla español!

Sonia, que es la persona más happy-flower del mundo mundial (toma ya mezcla entre el rosa power y Manolito el Gafotas) estaba la mar de contenta.

'Qué alegría encontrar a alguien con quien poder hablar en Español. ¿Sois amigas? ¿Qué tal?'

La mujer me dedicó lo que parecía una sonrisa totalmente sincera mientras me miraba con sus ojos azules claros.

'He venido hace unos meses a Israel y no hay mucha gente con la que poder hablar por aquí'.

'¿Está de vacaciones?'- pregunté lo que se suponía que era obvio, por mucho que me extrañase que llevase varios meses, y me llevé la sorpresa del siglo: 'No, no: he venido a quedarme. He hecho Aliyah, ¿conoces Aliyah?'.

'Amm... -puse una cara mezcla de sorpresa y circunstancias- sí, sí, sé lo que es'.

Seguía mirándola, ¡no me lo podía creer!

Un montón de preguntas vinieron a mi mente: ¿estaba sola? ¿a su edad? ¿cómo lo había decidido, cuándo? y sobre todo ¡Por qué!.

A lo largo de los días siguientes mantuvimos varias conversaciones, sin meternos mucho en su decisión de venir a Israel y nada de nada en política. ¡Incluso intentó liarnos con un chico joven que había conocido en el albergue!. Era como una mezcla entre mi abuela y una buena amiga.

Alicia estaba jubilada, había dejado a sus hijos en EEUU y se había embarcado sola en lo que, probablemente, era la mayor aventura de su vida: por mucho que hubiese vivido en México un tiempo, donde aprendió aquel castellano que aún recordaba y manejaba casi a la perfección, no creo que sea comparable.

En cierto modo envidié su determinación.

Yo, por mi parte, seguía mirándola como una pieza de museo: supongo que hay muchos judíos repartidos por el mundo que con bastante frecuencia deciden empezar de cero en Israel, pero para mí seguía representando todo un misterio.

Como soy reacia a preguntar sobre la vida privada de las personas y, sin conocerla de nada, querer saber el porqué de su decisión me parecía un tanto personal, me quedé con muchas de las preguntas que tenía rondando en mi cabeza. Supongo que no he nacido para periodista.

Sin embargo, hablamos de Dios, de sus años en México, de las anécdotas por culpa del idioma, de cómo la gente se empeña en distanciarse, de lo sola que se sentía a veces, y, en algún momento, también de los árabes.

En realidad fue sólo un comentario, y fue cosa suya, porque ni Sonia ni yo dijimos nada. Para ella eran demasiado religiosos y ese era el principal problema. Lo de los posibles atentados era, simplemente, otro riesgo más entre los muchos riesgos que había tenido que tomar cuando decidió venir a Israel.

Pensé en mis amigos. ¿Por qué la gente se empeña en creer que todos son demasiado religiosos? Supongo que es el favor que nos hacen las cadenas de televisión y los periódicos cuando se limitan a mostrarnos a los cuatro de Hamas que siempre están pegando gritos. Gracias, medios de comunicación.

Después de cambiarnos de dormitorio (otra larga historia para otro momento: lo de reservar plaza en los albergues israelíes es como jugar a la lotería) terminamos durmiendo en una habitación que había justo al lado de donde estaba ella.

Aquella noche nos dijo que por fin había firmado un contrato para tener su propio apartamento, así que al día siguiente dejaba el albergue. Un taxi vendría a recogerla.

Cuando me levanté por la mañana, al salir de la habitación, la vi organizando un montón de paquetes y de maletas. '¿Quieres que te ayudemos?' (Sí, vale: ya sé lo que estáis pensando pero ¿cómo no la íbamos a ayudar?).

'No os preocupéis, id a desayunar tranquilamente, luego nos vemos. El chico del albergue me ayudará'.

Para cuando terminamos el café y las tostadas, todos los bártulos ya estaban abajo, esperando para ser embutidos en el taxi que, según se quejaba Alicia, iba a ser demasiado pequeño. 'Le he dicho al chico que me llame a uno grande, pero me ha dicho que con uno de los pequeños tengo suficiente. ¿Tú crees que me va a caber todo eso?' La verdad es que la mujer tenía razón.

A estas alturas ya debe de estar más que acomodada en su nuevo apartamento en lo alto del Carmel, ocupada con sus clases de hebreo de no recuerdo qué organización judía, y haciendo, espero, nuevas amistades.

Yo sigo reprochándome ser tan educada y no haberla preguntado el porqué de todo aquello. Al fin y al cabo, ¿cuándo tendré otra oportunidad igual?