miércoles, 19 de septiembre de 2007

Este año ha distado mucho de parecerse al verano pasado. Recuerdo las semanas anteriores al comienzo del campo: Fatah y Hamas se estaban matando entre ellos y, de paso, llevándose a algún que otro por medio. No podía creer en tanta estupidez. Verles matándose así: nunca me lo hubiese imaginado. Sentía tanto dolor... Desde luego, no estaban haciendo ningún favor a su causa. Si ya buena parte del mundo pensaba que no eran más que unos seres aún por civilizar, verles a tiro limpio de aquella forma era lo único que nos faltaba.
Y yo, mientras tanto, pensando que por unos pocos estúpidos no iba a poder volver este verano. Los planes en Palestina no existen. Así que ahí estaba yo, pensando ¡¿Qué hago!? ¿!Qué hago?!. Pregunté a algunos amigos de Nablus, me desahogué con los de aquí, recibí emails de compañeros y amigos diciendo 'No pensarás volver, ¿verdad?', '¡No vayas!' y 'las cosas no están bien', a lo que yo respondía siempre 'Quizá', 'No lo sé' y '¿Cuándo lo están?', respectivamente. Como dijo Shawn, voluntario también en Palestina en el 2005, 'nunca puedes ir a Palestina sin correr un riesgo'. Pero he de confesar que lo que me animó definitivamente a participar fue la contestación de mi amigo Islam: "es verdad que las cosas no están bien pero, por otro lado, Birzeit es una zona más tranquila, tienen una bonita universidad y, sobre todo, al ir allí no tendrás una guía de 25 páginas llena de reglas a observar". Me hizo tanta gracia que por un momento me olvidé de la ocupación y los tiros fraticidas. Aún así, no envié mi solicitud hasta el último momento, en el último día. Siempre pegada a las noticias mantenía la esperanza de que alguien me dijera que todo se había calmado. Pero nadie me daba seguridad, siempre había un 'sí, ahora estamos mejor, pero ya sabes cómo es esto'. Vaya que si lo sabía. Decidí tomar el riesgo, enviar mi solicitud. A los dos días tenía un mensaje de Ghada, la coordinadora del campo, despidiéndose con un 'See you in Birzeit!'. Fue una mezcla de alegría y temor al mismo tiempo. Ya estaba hecho: me iba a Palestina. Repetía. Ir a la universidad de Birzeit este año ha sido una de las mejores cosas que he hecho.
No me he arrepentido ni durante un segundo.

2 comentarios:

nandocrak dijo...

¡Hola Carmen! Llevaba mucho sin saber de ti. Pensaba que habías abandonado el blog por tanto tiempo sin escribir precisamente ahora que debías contarnos tantas cosas del viaje de este año. ¡Menos mal que ya das señales de vida! ¡Qué pena no haber estado juntos este año! Veo por Antonio y por ti que ha ido genial. Ya sabes que por aquí por Sevilla se te espera. ¡Besos!

...y volverán dijo...

¡Qué pasa, Fernando!

Ya he visto tus fotos de Irán y Siria... qué envidia (no sé si sana o no) me das.

La verdad es que lo he tenido bastante abandonado, lo reconozco, pero, si te digo la verdad, no sabía ni por dónde empezar. Tantas cosas por contar... Supongo que también era egoísmo: cuanto más pienso en ellos, más les echo de menos; ¡imagínate ponerme a escribir sobre lo que hemos vivido!

A Sevilla voy seguro, lo que todavía no sé es cuándo.

Espero que nos veamos pronto.

Un abrazote enorme!!
Carmen.