Me quedé parada en mitad de la calle para observarlos de cerca, ¡qué curiosos eran!.
Quizá sea porque ando falta de imaginación, pero hasta ese día no se me había ocurrido utilizar el neumático de un coche para hacer con él un tiesto.
Estaba cortado a la mitad, pintado con los colores de la bandera palestina y daba cobijo, colgado en la pared, a unas florecillas que se afanaban por no secarse bajo el sol del verano.
Desde luego, me pareció una bonita (y barata) forma de adornar la ciudad.
¡Os invito a buscarlos en el siguiente vídeo!
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Hace 2 meses
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