jueves, 10 de mayo de 2007

Una de niños

Como a uno, de vez en cuando, le dan vueltas las cosas en la cabeza, yo ya no sé si mostrar a los demás todo lo que yo veo es informar, entretener o ser parcial.
Hace un mes que volví de Nablus y me traje tan buenos recuerdos conmigo, que a veces se me hace difícil creer que la ciudad en la que estuve es la misma que día sí, día también, sale en algún medio de comunicación para contarnos los muertos que siguen alargando su lista de ausentes.
Me indigna cómo se habla de unas cosas sí, porque viene muy bien hacerlo, y de otras no, no vaya a ser que la gente esté enterada de todo y pueda sopesar.
No pretendo ser imparcial, pero sí intento ser objetiva. Mientras el mundo se lleva las manos a la cabeza por un Mickey Mouse hablando de recuperar la Palestina Histórica (y que conste que no estoy de acuerdo con la forma en que el programa se ha llevado a cabo), un bebé, aún sin nacer, ha muerto por una bala israelí que, atravesando paredes y vientres maternos, fue a alojarse en su pequeña cabeza.
¿A quién le importa?
Luego esos señores que parecen venir de otro mundo, con su traje de chaqueta y corbata, piden moderación y temple mientras se hacen la foto para las noticias de las tres con una espléndida sonrisa en la cara.
Fuente: Maan News

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