Como decía una de mis compañeras de Nablus ‘¿Es que ahora vamos a tener que demostrar al mundo que cristianos y musulmanes convivimos con normalidad?’.
Me parece estúpido que el resto vea un problema donde los propios interesados no lo ven. Pero claro, como ahora se lleva mucho eso de ir en plan ‘cruzada’ por la vida, pues ya está: todos nos ofendemos ‘globalmente’ y aquí paz y después gloria.
Así que entre unos que lanzan citas al aire como por casualidad, otros que se lían la manta a la cabeza en nombre de algo que no saben ni lo que es, y los medios de comunicación que sacan lo que les da la gana, ya tenemos el circo montado.
Y mientras tanto, para que la fiesta no decaiga, tenemos al señor Aznar quejándose porque los musulmanes aún no han pedido perdón por los ocho siglos que sus antepasados estuvieron en la Península. Aunque no sé si eso de declararse partidario de Isabel y Fernando tiene mucho de acertado cuando son más que conocidas sus buenas relaciones con el Gobierno de un país que respalda a todo un Estado judío (y que no se me malinterprete, que ya sé que ser judío no tiene por qué significar ser sionista).
En fin, señores, cada uno a lo suyo: ustedes sigan tirándose los trastos a la cabeza, que mientras tanto el resto de personas normales y corrientes, aquí o en Palestina, seguiremos conviviendo como hasta ahora, sin importar demasiado a quién rece cada uno.
Me parece estúpido que el resto vea un problema donde los propios interesados no lo ven. Pero claro, como ahora se lleva mucho eso de ir en plan ‘cruzada’ por la vida, pues ya está: todos nos ofendemos ‘globalmente’ y aquí paz y después gloria.
Así que entre unos que lanzan citas al aire como por casualidad, otros que se lían la manta a la cabeza en nombre de algo que no saben ni lo que es, y los medios de comunicación que sacan lo que les da la gana, ya tenemos el circo montado.
Y mientras tanto, para que la fiesta no decaiga, tenemos al señor Aznar quejándose porque los musulmanes aún no han pedido perdón por los ocho siglos que sus antepasados estuvieron en la Península. Aunque no sé si eso de declararse partidario de Isabel y Fernando tiene mucho de acertado cuando son más que conocidas sus buenas relaciones con el Gobierno de un país que respalda a todo un Estado judío (y que no se me malinterprete, que ya sé que ser judío no tiene por qué significar ser sionista).
En fin, señores, cada uno a lo suyo: ustedes sigan tirándose los trastos a la cabeza, que mientras tanto el resto de personas normales y corrientes, aquí o en Palestina, seguiremos conviviendo como hasta ahora, sin importar demasiado a quién rece cada uno.