domingo, 10 de junio de 2007

Derecho número 3

Derecho a un nombre y a una nacionalidad.
Todos los días echo mis barcos de papel al río, donde flotan y, uno tras otro, son arrastrados por la corriente. En ellos he escrito, con grandes letras negras, mi nombre y el nombre de mi pueblo. Confío en que alguien los encontrará, en un país lejano, y así sabrá quién soy. Tagore

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que nuestro nombre no defina quien somos, que no nos juzguen por nuestro nombre, puedes perfectamente tener el sentimiento de pueblo y no sentimiento de nacionalidad, las naciones tienen fronteras, un pueblo puede sentirse orgulloso de serlo aun estando en la diáspora, esparcido a los cuatro vientos.