lunes, 30 de junio de 2008

El aeropuerto... finalmente

Carmen, it was terrible, really awful

Aquellas palabras de Huda en la pantalla no pintaban muy bien, pero me tranquilicé al pensar que si estaba conectada a esas horas significaba, probablemente, que al fin y al cabo había logrado entrar.

En el aeropuerto de Ben Gurión, lo primero fue la pregunta estrella de la afiliación religiosa. ¿Os acordáis del ‘¿y tú de quién eres?’ del anuncio de Trina? Pues lo mismo.

Después, pero no menos importante, la pregunta de rigor sobre el lugar de nacimiento de su padre (es lo que tiene llevar un apellido árabe – ya se sabe que la maldad va indisolublemente unida a lo que esté escrito en tu pasaporte).

No hizo falta más.

La condujeron a un lugar aparte y fue interrogada dos veces por personas diferentes. Las mismas preguntas, una y otra vez, machaconamente.

La llevaron después a una especie de salita de espera en la que encontró otras tres personas, árabes como ella. A dos de ellos les habían denegado la entrada a Israel, así que mi buena amiga ya se veía de vuelta en Inglaterra sin haber puesto pie en Oriente Medio.

Pero parece que la suerte la sonrió y tras un rato largo, le dijeron que recogiese su equipaje. Cuando lo hizo se dio cuenta de que la cremallera estaba rota y de que su neceser había desaparecido junto con unos adaptadores que llevaba en el mismo compartimento de la maleta.

Oh, casualidad.

Mientras caminaba por la terminal, camino de la salida, se le acercó de nuevo otra mujer de seguridad y le dijo que tenían que registrar la maleta. Se llevaron su pasaporte y le revolvieron todo lo que llevaba dentro después de pasarlo por los rayos-x.

“I was crying by this time... really upset, exhausted, fed up. I landed at 2:30 and it was now 7:30... and i was alone. Maybe... if someone had been there it wouldn’t have been so bad..”

Finalmente la dejaron marchar.

Para su sorpresa, la última mujer de seguridad que estuvo con ella fue bastante agradable: la ofreció té y café “but when you have been degraded so much any act of kindness makes you cry, Carmen”

Cuando mi amiga le preguntó por qué la habían tratado de aquella manera, la mujer simplemente respondió: “Israel is crazy about security”.

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