jueves, 5 de junio de 2008

Un pacifista, peligro para la paz pública

Cuando habla Juan Miguel Muñoz de "la brutal realidad de la ocupación en estado puro" al referirse a la situación que se vive en Hebrón, no puedo más que estar de acuerdo.

Ya escribí sobre la ciudad en otra ocasión.

Tres de nuestros compañeros fueron retenidos a la puerta de la mezquita de Ibrahim (Mearát Hamajpelá para los judíos y la Tumba de los Patriarcas para los cristianos) y nosotros fuimos animados por el soldado que parecía estar al cargo a abandonar el lugar. No nos fuimos.

Mientras esperábamos y esperábamos, dio la casualidad de que pasaron por allí algunos de los observadores internacionales que habíamos conocido Fadi, Valentina, Antonio y yo en nuestra primera visita a la ciudad.

Les dijimos lo que estaba pasando. Al principio le quitaron importancia: "es sólo por molestar, no les gusta que vengan grupos por aquí y vean lo que pasa; no es más que una técnica disuasoria". Después de un rato largo, cuando uno de los soldados nos dijo que quizá se tendría que llevar a nuestros compañeros para interrogarlos, la cara de los observadores cambió.

Con todo, parece que tuvimos suerte: al final sólo dos recibieron una citación para un interrogatorio unos días después.

Pero Hebrón sigue igual y ahora es una ONG israelí, Breaking the Silence, la que no puede entrar a la ciudad para mostrar a la gente lo que allí pasa. Uno de sus fundadores, Yehuda Shaul, ha sido acusado de ser un "peligro para la paz pública".

El artículo, publicado en El País, lo podéis leer entero aquí.



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