miércoles, 13 de mayo de 2009

La llave, el derecho al retorno, Israel y el Papa


A mí las visitas oficiales me ponen un poco enferma, de siempre. Tanto protocolo, tanto traje, tanta sonrisa falsa y discurso políticamente correcto y tan pocas soluciones para la gente que sufre.

Desde que el Papa inició su viaje por Oriente medio, he sido leyendo las noticias que saílan para ver qué podía esperar de todo aquello.

En Jordania pidió que cesara la manipulación de la religión - ¿De cuál?, me pregunté yo.

Nada más poner el pie en Israel, criticó el antisemitismo - Sí señor, dejando las cosas claras.

Hoy, en Belén, de forma indirecta ha hablado contra la ocupación israelí - Ah, ¿pero eso existe realmente?.

Esta tarde tiene previsto visitar un colegio del campo de refugiados de Aida, en Belén, pero según relata el diario El País:

"El colegio elegido para la visita está solo a unos metros del muro levantado por Israel. El Papa hablará sobre un pequeño escenario habilitado en el patio, después de que Israel negara el permiso para realizar el acto en un anfiteatro de piedra construido por los palestinos a la sombra de la enorme pared porque se veía una torreta militar y la llave que simboliza el regreso de los refugiados a sus casas".

No sé si realmente le quedan esperanzas a Israel de que el mundo aún no sepa lo que es el muro. O quizá lo que ocurre es que se le antojaba demasiado simbólico el hecho de que el Papa hablara junto a la llave que se encarga de recordar a los exiliados, su derecho al retorno y la esperanza puesta en que así sea.

En fin, si Israel no pone la llave, ya lo hago yo.




No me digáis que no es bonita...

Al fondo, si os fijáis bien, está el muro.



Bueno, llave vista, asunto solucionado. ¡Mira que cambiar el escenario al Papa sólo para que no la viéramos!.

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