Imagínate que un día te encuentras con tu enemigo.
Imagínate que tienes en frente de ti a la persona por la que tu vida se ha convertido en un sufrimiento continuo.
Imagínate... que de repente le miras a los ojos y te das cuenta de que guarda el mismo odio que tú... pero también el mismo miedo y la misma frustración con la misma pregunta de fondo '¿Por qué? ¿Por qué nos hacéis esto?'
¿Qué harías tú?
Nuestros protagonistas dejan por un momento las ideologías y lealtades varias que les encadenan a sus respectivos pueblos y dan un salto para poner en el lugar del otro y verse, con sorpresa, reflejados.
Quizás haya que estar loco para hacerlo; o... quizás, sólo quizás, lo que haya que estar sea valerosamente cuerdo.
Imagínate que tienes en frente de ti a la persona por la que tu vida se ha convertido en un sufrimiento continuo.
Imagínate... que de repente le miras a los ojos y te das cuenta de que guarda el mismo odio que tú... pero también el mismo miedo y la misma frustración con la misma pregunta de fondo '¿Por qué? ¿Por qué nos hacéis esto?'
¿Qué harías tú?
Nuestros protagonistas dejan por un momento las ideologías y lealtades varias que les encadenan a sus respectivos pueblos y dan un salto para poner en el lugar del otro y verse, con sorpresa, reflejados.
Quizás haya que estar loco para hacerlo; o... quizás, sólo quizás, lo que haya que estar sea valerosamente cuerdo.
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