miércoles, 9 de julio de 2008

Security reasons

Mi amiga en el aeropuerto...

El aeropuerto fue una mala experiencia. Me había intentado preparar antes de venir para lo que pudiera pasar. La última vez supongo que tuve suerte al tener que responder sólo a unas pocas preguntas.

El aeropuerto de Ben Gurion es realmente espectacular, hecho con piedra y suelos de mármol, techos altos, espacioso y aireado, con una mampara de cristal que rodea un recinto en cuyo centro hay una pequeña cascada. Justo debajo está la zona donde la gente espera la salida de sus vuelos. Está muy bien organizado, con las llegadas y las salidas completamente separadas, aunque no lo parece a simple vista.

Según llegué al puesto de control, vi que había gente de todas las partes del mundo que venían a Israel, a Tierra Santa. Tengo que admitir que estaba nerviosa, aunque no sabía por qué… quizás el miedo a que me denegasen la entrada.

1- pregunta: ¿Cuál es tu religión?soy musulmana
2- pregunta: ¿De dónde es tu padre?
3- afirmación: Quédate a este lado.


Aquella mujer pidió por el walkie a alguien que vinise a recogerme. Le pregunté si había algún problema. “No, no hay ningún problema” dijo mientras me sonreía. La seguridad israelí tienen la habilidad de ser increíblemente educada al tiempo que consigue instalar el miedo en ti por algo que no has hecho. Me condujeron a una sala de espera y según entré vi a los que estaban allí esperando: egipcios, palestinos, palestinos-estadounidenses, árabes israelíes, familias con niños pequeños, mujeres con un velo cubriéndoles la cabeza y yo.


Me dejaron esperando durante una hora hasta que me llamaron y las preguntas comenzaron: ¿de dónde eres? ¿de dónde es tu padre? ¿has estado en Israel antes? ¿por qué vienes otra vez? ¿cuál es tu trabajo? ¿tienes algún documento que lo demuestre? ¿qué piensas visitar en Israel?


Después de una media hora me dejaron de nuevo fuera de la sala y tuve que esperar una hora más hasta que me llamaron para ser interrogada por una segunda persona. ¿Cuál es tu email? ¿cuál es tu email personal? ¿cuál es tu número de teléfono? ¿saben tus padres que estás aquí? ¿conoces a algún palestino aquí? ¿conoces a algún israelí? ¿conoces a algún judío? ¡¿Por qué conoces judíos!?... Y de nuevo todas las preguntas que ya me habían hecho me las volvieron a preguntar. ¿Te importa si llamamos a tu madre?.



La miré y muy tranquila le dije: “¿Sabes? No soy una terrorista, no estoy aquí para matar a nadie”. Ella levantó la vista del ordenador en el que estaba escribiendo y su cara pareció sorprendida mientras respondía “No, no, claro que no”.

Tras esta sesión, que duró otros treinta o cuarenta y cinco minutos, me dejaron esperando de nuevo, esta vez durante más de tres horas. Ya me había resignado a que me denegasen la entrada. La gente iba y venía, iba y venía… yo llevaba esperando más de tres horas y aún no sabía qué pasaría conmigo. Mientras esperaba pensé que, obviamente, de haberme llamado Emma Jane Smith, por ejemplo, y de haber sido rubia, con ojos azules y con un pasaporte británico, no me hubiesen tratado como lo estaban haciendo. Ya había decidido que esta era la última vez que venía y supongo que eso es lo que ellos querían. Es extraño… he tenido la suerte de haber podido viajar mucho y nunca, nunca me han tratado de esta manera. ¿Y todo por qué? ¿Porque soy mitad árabe? ¿porque tengo un nombre árabe? ¿porque soy musulmana?


Finalmente, después de haber aterrizado a las dos de la tarde, me devolvieron mi pasaporte a las seis y media. ¡Pero aún no había terminado todo! Hubo más preguntas sobre mis vacaciones en Marruecos - ¿a qué fuiste allí? ¿con quién? ¿conoces a algún marroquí?

Mi maleta había sido dañada, la cremallera rota, el neceser con el maquillaje había desaparecido. Pasaron mi equipaje por los rayos x, registraron el interior… Al menos la chica que lo hizo tuvo algo de compasión: se sorprendió de que fuesen ya las ocho de la tarde y yo siguiese allí, cuando mi vuelo había llegado a las dos. Me ofreció café y té, y supongo que este pequeño gesto de humanidad fue lo que me hizo desmoronarme y romper a llorar. Le pregunté por qué había sido tratada de aquella manera. Me contestó ‘sabes que los israelíes están obsesionados con su seguridad, tienen tanto miedo…”. "¿Miedo de una doctora?". La chica simplemente se encogió de hombros, sin saber qué decir.

Me sentí totalmente humillada.



== Aeropuerto Ben Gurión, Tel Aviv (Israel) ==
Junio del 2008


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