He comenzado el día leyendo que el ejército israelí había confiscado unos autobuses escolares.
He tenido que leer el párrafo dos veces: estaba segura de que me había perdido algo por el camino.
Pero en la tercera vuelta ya he tenido que admitir que lo que estaba entendiendo era, efectivamente, lo que en realidad ponía. Mi amiga alucinaba en el email que me había escrito y yo tres cuartas partes de lo mismo leyéndolo en mi casa esta mañana.
Resulta que Israel está en plena cruzada contra Hamás y todo lo que suene a Hamás.
Clínicas, hospitales, orfanatos, escuelas, centros comerciales... hasta autobuses escolares, vaya. Me pregunto si no será que pillaron a los críos en plena clase de autoescuela: "Ahora, pequeños, prestad atención: aceleráis y cuando lleguéis al puesto de control...".
He tenido que leer el párrafo dos veces: estaba segura de que me había perdido algo por el camino.
Pero en la tercera vuelta ya he tenido que admitir que lo que estaba entendiendo era, efectivamente, lo que en realidad ponía. Mi amiga alucinaba en el email que me había escrito y yo tres cuartas partes de lo mismo leyéndolo en mi casa esta mañana.
Resulta que Israel está en plena cruzada contra Hamás y todo lo que suene a Hamás.
Clínicas, hospitales, orfanatos, escuelas, centros comerciales... hasta autobuses escolares, vaya. Me pregunto si no será que pillaron a los críos en plena clase de autoescuela: "Ahora, pequeños, prestad atención: aceleráis y cuando lleguéis al puesto de control...".
Venga ya.
He ido a ver qué decían las noticias. En España, por supuesto, nada (¡y mira que somos tan pro-palestinos nosotros!).
Después de volver de ver Crónica de una desaparición me he encontrado con el email de un amigo, avisándonos de que ya había subido algunas de las fotos del campo de trabajo en Nablus de este año.
Estaba admirando uno de los mosaicos que revisten las paredes del Santo Sepulcro en Jerusalén (mi cámara no es capaz de captar tal belleza... no sé si será cuestión de la máquina en sí o, más probablemente, de la dueña) y dos fotos después me he encontrado con Jamil. Jamil colgado de una pared, mirándonos, como todos los mártires son colgados siempre en las paredes de Nablus para que no se les olvide.
Este invierno va a hacer dos años que le mataron; dos años y el aniversario de una bala en la cabeza.
Bendita infancia.
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