sábado, 10 de enero de 2009

Asesinos

¿Sabéis por qué no se le ve la cara a los soldados?

A mí lo primero que se me ocurrió fue que el pintor se había colocado en el ángulo equivocado. Desde ese punto era imposible que se viera algo más que la espalda de quienes apuntaban.

Porque ellos no son los que deciden.

En aquella clase de 8º de E.G.B. todos nos quedamos mirando al profesor en busca de una mayor explicación, como si lo que nos acababa de decir fuera imposible.

Y el hombre con los brazos abiertos, de pie frente a los soldados, ¿qué representa?

Después del primer golpe de efecto, aguardamos sus palabras antes de aventurarnos a decir nada. ¡Parecía que la lógica no se aplicaba a ese cuadro!.

El pueblo, la justicia y la paz que se asesinan, la resistencia bajo la bota del invasor.

Aquel día, escuchando que las guerras son crueles, porque dispara hermano contra hermano y no importa si el que tienes enfrente es de los tuyos: si te dicen que dispares, disparas... o morís los dos a manos de un tercero con menos escrúpulos, pensé por primera vez en la guerra desde otro ángulo. Como el pintor.

Después vino lo del Golfo, con madres preocupadas, vecinas con llantinas al ver las noticias y canciones del tipo "Que no se acabe el mundo" en los patios de los colegios. Mientras yo pensaba, al ver pasar los aviones que partían de la base militar no demasiado lejos, en qué ocurriría si un día, sobrevolando Fuenlabrada, se les escapaba uno de esos misiles que habitualmente no se lanzan más que sobre tierras lejanas. ¿Cómo los llevarán sujetos? ¿Será seguro? Yo, que siempre he sido de las que comprueban cien veces el mecanismo de cierre de las atracciones de feria y aún así no se sienten seguras y rezan para que no se abra en pleno movimiento y salir disparadas del asiento, me sentía encoger cada vez que escuchaba algo rasgando el cielo.

Años más tarde, trabajando como voluntaria con los niños refugiados que llegaban de kósovo, me di cuenta de que la amenaza no siempre llega única y exclusivamente desde el cielo. Y de lo mal que se curan las injustas heridas inflingidas sobre personas inocentes.

Hace no más de un año tuve una conversación que me dejó con una sensación de infinita pequeñez para unos cuantos días. Una sensación que aún vuelve casi cada vez que pienso en ello.

Creo en defender mi país, pero sé lo que dices. Si hay que coger a un terrorista, no importan los medios, pero en algo tienes razón. Estoy en contra de las demoliciones de casas sin más, o de la destrucción de campos de cultivo porque sí. Eso no tiene nada que ver con atrapar terroristas, pero pasa a veces. Pero estás allí y te ordenan que lo hagas. En la mili no se cuestiona, es sí o sí. Dices que no les vemos como personas que son (a los palestinos), pero es que si nos paráramos a hacerlo, sería imposible, a veces, hacer lo que nos ordenan. Es una locura.

¿Y ahora qué?

Me niego a pensar que una persona no es dueña de sus actos. Me niego a pensar que a todos los soldados que ahora mismo hay en Gaza les resbala.

Lo que me preocupa es esta recurrente técnica de vendarse los ojos para no dejar que te afecte y seguir con tu trabajo; para evitar la avalancha de emociones que te hace cuestionar tus acciones. Los niños en pedazos, los médicos que tienen que transportar a los heridos en carretas porque las ambulancias no pueden pasar, los gritos de quienes siguen bajo los escombros de las casas bombardeadas. Es imposible que los soldados no lo vean. Es imposible que lo olviden.

Y sí, ellos son quienes aprietan botones y gatillos, pero ¿quién se lo ordena?. Supongamos que hay quien se niega a ejecutar las órdenes; quien es juzgado y condenado; quien, simplemente, muere en el combate. ¿Acabará todo esto? No. Porque los perros que desde arriba mandan, seguirán mandando, importándoles más un objetivo político o militar que una vida humana, palestina o israelí. Es la lógica de la guerra que yo no entiendo. Porque la guerra, para mí, no tiene lógica.

Qué equivocado estaba Theodor Herlz cuando, en su plan para construir el Estado de Israel, dijo aquello de "... retendremos a nuestro ejército profesional en los cuarteles".

Tendría que darse un paseo ahora.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y es que mientras exista el genero humano,existiran las guerras,no hemos aprendido nada de la historia pasada,presente y para mi indignacion y si no cammbia,cosa que dudo mucho,tambien futura.

...y volverán dijo...

Y lo peor de todo no es que no hayamos aprendido nada del pasado, que ya es bastante malo de por sí, sino que, además, utilizamos ese pasado para justificar las barbaridades que hacemos en el presente.

"¡Otros ya lo hicieron antes!"