viernes, 16 de enero de 2009

Y ahora me enfado


Me he cansado de los cabreos -día sí, día también- del Ejecutivo Israelí.

Ejecutivo Israelí... queda bien decirlo así, ¿verdad?. Es algo abstracto, una idea. Y las cosas abstractas son como humo que se escapa entre las manos: no se pueden atrapar. ¿Formará parte de la guerra de la retórica? Mejor pensar que el Ejecutivo es algo difuso, demasiado fuera de nuestro alcance, y sentirnos demasiado incapaces de hacer nada; incapaces de pedirle, como mínimo, explicaciones, ya que no nos atrevemos a exigirle de forma eficaz que pare esta carnicería.

Ahora resulta que el cardenal Renato Martino, hace unos días, definió la Franja de Gaza como un campo de concentración. El Ejecutivo, claro está, se enfadó mucho, mucho, mucho.

Lo malo es que cuando esta gente se enfada, no se cruza de brazos, con el gesto enfurruñado, esperando a ver si te das cuenta de lo mucho que les has ofendido y aceptas tu culpa y consiguiente redención. No. Esta gente clama al cielo, acusa de antisemitismo, de ignorancia, de mala idea y baja moral. Aderezado todo con una dosis de doble rasero.

¡Si es que sólo se critica a Israel!

En algo, sin embargo, estamos de acuerdo, sí: el mundo está ciego.

Solo que unos lo dicen porque el mundo no ve que la guerra que libra Israel estos días -y siempre- es contra la islam extremista que está dispuesto a barrer la civilización del mundo y otros lo decimos porque todavía hay quien ve 1.100 muertos y mira para otro lado.

Estoy hasta las narices de escuchar al Embajador de Israel en España salir del paso con alusiones al Holocausto. Justificaciones del tipo "otros lo hicieron antes que nosotros y no se les dijo nada" o "en la II Guerra Mundial murieron muchos alemanes y eso no les convirtió en buenos". Precisamente, ya que nos ponemos, del holocausto judío (por nombrar uno) se puede, se debe, aprender que el silencio es cómplice. Que quedarse con los brazos cruzados ante la barbarie no es una opción. Que una sola vida que se salve habrá merecido la pena de todos los esfuerzos puestos en ello.

Pero el Holocausto sólo se puede mencionar si es para justificar a Israel. Para cualquier otro objetivo, por favor, absténganse.

2 comentarios:

estoliana dijo...

Hola:

Aunque te visito regularmente nunca te dejo comentarios. Me pregunto el porqué, me respondo que por que me siento, no sé, como pequeñita. Tu capacidad es tan grande... tu lucha...
En fin, que hoy me asisten las fuerzas para dejar este cometario.

Importante tu labor de denuncia. Seguiré leyéndote.

Un beso.

...y volverán dijo...

:) Hola,

Creo que así de pequeñitos nos sentimos muchos, muchas veces. Pero el otro día, medio deprimida, medio cabreada, me encontré diciéndome a mí misma "Por los que quedan!".

Hay otra forma de hacer las cosas y no nos tenemos que tragar, porque sí, que "el mundo es como es". Sólo nos venden justificaciones que les benefician.

Así que cada cual aportando su granito de arena... ¡y vivan los montoncitos!

Gracias por dejar el comentario :)